Elasticidad
en el embarazo
Se cree que esta hormona segregada durante el embarazo
ayuda a que el útero esté más relajado y facilita el parto, pero también se
traduce en una mayor elasticidad de las articulaciones.
La relaxina es una hormona producida por el cuerpo
lúteo del ovario y por la placenta durante el embarazo. Su función o papel aún
está siendo investigado, aunque a menudo se asocia con una mayor elasticidad
muscular de cara al parto, ya que ayuda a suavizar las contracciones
espontáneas del útero, favorecer una mayor flexibilidad de la zona púbica y
facilitar el parto. También hay evidencias científicas que apuntan que el
ablandamiento que experimenta el cuello uterino a medida que se acerca la fecha
de parto se debe a un efecto de esta hormona.
Los niveles de la relaxina alcanzan su pico al inicio
del segundo trimestre, en torno al cuarto mes de embarazo, y en el parto. Sus
efectos se traducen en que ralentiza la nueva producción de colágeno, de forma
que los ligamentos del cuerpo no son tan fuertes (y, por tanto, más elásticos).
Así, las articulaciones se vuelven hipermóviles.
Aunque se considera que tiene una función muy
importante para facilitar el parto, también puede implicar una serie de efectos
no tan positivos a lo largo del embarazo. Puede, por ejemplo, resultar en una
mayor prevalencia de contracturas, sobre todo en la zona lumbar, pélvica y de
las rodillas.
Por eso, intenta levantar peso despacio y flexionando
las rodillas, hacer estiramientos antes de realizar algún ejercicio y mantener
una buena postura corporal para evitar lesiones. Además, ejercicios como la
natación te pueden ayudar especialmente al permitir ejercitarte sin riesgo de
ejercer presión en las articulaciones al estar en un ambiente de gravedad cero.
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