LOS RIÑONES
Los riñones son dos y están ubicados en la parte posterior
de la cintura, a cada lado de la columna vertebral. La sangre cargada de desechos llega hasta
ellos, y a través de un complejo sistema de filtros inteligentes es separada del agua, de la sal, de la úrea y de
otros detritus, productos del metabolismo corporal. Estas sustancias son
excretadas en la orina.
Para la medicina china, los riñones cumplen, además,
funciones conectadas con la reproduc-ción, el crecimiento y desarrollo
corporal.
En ellos se aloja la esencia vital heredada, que se va
consumiendo por el paso del tiempo o por una vida desordenada. Asimismo, se los
vincula a la médula, el cerebro, los huesos, y la calidad de la sangre, y se
abren a los oídos.
La vejiga urinaria
La orina excretada por los riñones, es forzada a entrar en
la vejiga urinaria, un órgano hueco, constituido principalmente por un músculo
potente que está siempre contraído, salvo en el momento de la micción. Está
ubicada en la pelvis, detrás del pubis y delante del recto.
Los cálculos renales
No se sabe científicamente que los produce, son el resultado
de sustancias de la orina que se cristalizan. Las piedras suelen estar formadas
por calcio, magnesio, fósforo y oxalato. Cuando son pequeñas se las denomina
“arenillas”. Los cálculos de uréter suelen ser particularmente dolorosos. Otro
factor que puede provocarlos es la deshidratación.
La Gota
Un nivel excesivo de ácido úrico en la sangre provoca que se
formen depósitos calcáreos en articulaciones, tendones y otros tejidos, y que
estos se dañen.
El ácido úrico es una sustancia producida por el organismo y
que se excreta por los riñones. Produce un dolor insoportable, como agujas
cristalizadas clavadas en la articulación. Antiguamente se creía que era una
enfermedad de “ricos”, porque se la atribuía a la obesidad, es decir, a comer y
beber en exceso. Típicamente, sólo una articulación se ve afectada, la base del
dedo gordo del pie.
Para aliviar la dolencia hay que evitar los alimentos que
contienen purina.
EL AGUA
El cuerpo humano se compone
casi en un setenta por ciento de agua, la que se encuentra dentro y fuera de
las células. En una persona adulta que pesa 67kilos, casi 47 kilos son de agua.
De estos, 30 litros
están dentro de la células (es decir, son intracelulares) y 17 litros se encuentran
fuera de ellas; es el agua intersticial, el líquido que forma el plasma, la
linfa y líquidos varios (humores de ojos, del oído, sinovial, cefaloraquídeo, etc)
El agua pues, está presente
en todos los tejidos del cuerpo y en cada célula, y es un factor fundamental
para la salud. El cerebro y los músculos están compuestos por un 71 por ciento
de agua y los huesos que parecen ser tan rígidos, por un 50 por ciento. La
sangre y la linfa, de más está decirlo, contiene muchísima agua. Nuestra
digestión depende del agua que se disponga, desde la saliva hasta la
evacuación.
El agua depura. Para que nos
demos una idea, el intestino delgado mide casi 7 metros y el colon,1,5m
por 6 cm .
de diámetro. Es necesario que los restos de la evacuación no se queden mucho
tiempo, porque de lo contrario se produciría un auto-envenenamiento. El agua
ingerida es de capital importancia para limpiar los intestinos y ayudar a la
correcta evacuación.
El agua “limpia” los riñones
y el hígado, y aumenta el flujo del sistema linfático, y por ende del sistema
inmunológico.
La piel seca termina formando
arrugas y en su contacto con el exterior pierde un litro diario.
Es imprescindible beber agua.
El trabajo de los riñones al reciclar el agua nos evita tener que beber 800
vasos diarios. (No hay que olvidar que el cuerpo tiene un setenta por ciento de
líquido, del que diariamente solo reponemos unos dos litros, el resto continúa
trabajando gracias al procesamiento que recibe de los riñones.)
El promedio de lo que se
pierde diariamente es de2,5 a 3,5litros. Parte del agua la obtenemos de los
alimentos, pero por día deberíamos beber por lo menos dos litros.
Beber agua significa sentirse
mejor en todo sentido. Una persona deshidratada puede sufrir jaquecas, confusión
mental, eczemas, depresión, falta de concentración, fatiga crónica, empeorando
notablemente en los casos de úlcera, artritis reumatoídea, psoriasis, artritis,
etc.
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