La práctica del Yoga y su aprendizaje van modificando paulatinamente hábitos y costumbres del practicante.
El alumno abraza esta disciplina según su personalidad, y a medida que trasncurre el tiempo el bienestar se manifiesta día a día. A medida que se avanza en la práctica de las posturas se nota una mayor elasticidad y una concentración que se modifica favorablemente.
Siempre se puede un poquito más y esto también incluye la mejoría en la calidad de vida, se va cambiando la manera de comer y se deja lentamente actividades que perjudican el cuerpo, la mente y el espíritu. Todo va tendiendo a la armonía y el discípulo así lo manifiesta con alegría.
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