Con la práctica del Yoga, se mantiene el cuerpo fuerte y
flexible, también se tonifican los órganos internos, las glándulas y el sistema
nervioso. Este circuito eléctrico, si está bien puede vibrar a frecuencias más
altas.
Estirando los nervios, se tonifican, se despiertan, se
avivan, se llenan de Prana ó fuerza vital, de oxigeno, de vida.
El Prana circula en nuestros canales de luz o meridianos,
según la medicina China,
y por los 72000 nadis,
que recorren nuestro cuerpo, según la medicina Hindú.
Nuestros treinta trillones de células se oxigenan al
respirar, llenándose de Prana ó energía vital.
La práctica regular también incrementa el equilibrio entre
los hemisferios cerebrales.
El hemisferio izquierdo es verbal, se concentra en palabras,
símbolos y números. Es el lado analítico y lo rige la lógica.
El hemisferio derecho es visual, se concentra en imágenes,
patrones y música, es el lado intuitivo y lo rige el sentir.
La acción está en las asanas o posturas y la no acción cuando
se pasa a la relajación, meditación.