La psicologa Marie Haddou en otra de sus obras ("Saber decir no") refiere:"La sociedad,así como la educación de los padres, no favorecen el buen uso del "no". La escuela tampoco desarrolla el espíritu crítico: educamos a nuestros niños a decir si, a no cuestionar nada,(...) Hacia los dos o tres años, el niño comienza a explorar el mundo. Es el momento en que busca expresar su diferencia y su autonomía , se opone pues, a la autoridad de sus padres. A veces estos reaccionan muy mal a la autoafirmación de sus hijos y utilizan el chantaje afectivo:"si sigues diciendo, no, no te voy a querer más". Entonces el niño hace una amalgama entre el hecho de afirmarse y la pérdida del amor, que representa el peor de los miedos. Una vez adulto, las situaciones donde debería afirmarse lo remiten, entonces , a sus años infantiles, y fracasa.
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